Hoy celebramos el solsticio de verano en el hemisferio norte, el día más largo del año. Es en este día cuando tanto el trópico de Cáncer como el trópico de Capricornio dibujan una línea imaginaria en la Tierra en la que los rayos del Sol son completamente verticales; es decir, cuando el Sol se encontrará exactamente en el centro de la esfera de cielo visible. Aunque muchas veces no sea perceptible, el sol tiene una gran influencia en la vida de del Planeta y los seres que viven en él, como en las abejas, quienes trabajan en perfecta armonía con las estaciones del año y las influencias cósmicas del sol, la luna y los planetas.
En su investigación, Rudolf Steiner, padre de la biodinámica, expuso cómo la reproducción, apariencia y rol de las diferentes castas en una colonia de abejas son el resultado no solo de la variación en la forma de las celdas (circular para las reinas y hexagonal para las abejas obreras y los zánganos), sino también la duración en su desarrollo desde huevos hasta abejas adultas; por ejemplo, una abeja reina tarda 16 días en desarrollarse completamente, en contraste con una abeja obrera (21 días) o un zángano (24 días).
En la apicultura biodinámica se explica que estas diferencias en el tiempo de desarrollo de las diferentes castas de abejas en una colmena no son pura coincidencia, sino que están directamente relacionadas con la duración de la rotación del sol sobre su propio eje (aproximadamente 24-25 días en el ecuador).
Si consideramos el tiempo en que las abejas hembra (reina y obreras) tardan en desarrollar, comprenderemos que están expuestas a todas las influencias del sol durante su desarrollo, por lo que podemos decir que son unas verdaderas “hijas del sol”. A medida que el sol está por finalizar su ciclo, las influencias de la Tierra se vuelven cada vez más fuertes, por lo que los zánganos (abejas macho) reciben más las fuerzas de la Tierra a diferencia que sus hermanas hembras y su madre, influyendo en su desarrollo y rol, por lo que podríamos decir que están más relacionados a la Tierra y las influencias terrestres.
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